Extracto de una opinión
Administrar la muerte -en el mejor sentido de la palabra- después de años estudiando para salvar vidas debe ser la más dura disyuntiva a la que se enfrenta un médico. Cuando esa disyuntiva se resuelve, además, con la sedación conveniente para paliar el sufrimiento de enfermos a las puertas de la muerte, se requieren condiciones que convierten a estos médicos en seres excepcionales.
Alcanzando el llamado «Síndrome de Dios», que consiste en creerse legitimado para administrar vidas y muertes.
6 comentarios:
Hay una gran diferencia entre Dios y un cirujano, y es que Dios no sabe operar.
Este tipo de pensamiento puede invadir la cabeza de un cirujano, puesto que es tal su autonomía, que caer quizás en este llamado "Síndrome de Dios" suele ocurrir.
No perdamos el valor humano y lo que nos hace ser personas, no nos transformemos en mecánicos del cuerpo, no dejemos que nuestra autonomía nos lleve a un estatus tan elevado, que dejas de lado la razón por la cual decidiste tu profesión. Disfruta con la gratificación que te merece, el haber salvado o haber contribuido a salvar una vida, pero no dejes que eso te vuelva egocéntrico y misericordioso.
El ser humano es suceptible al poder, y mas aun al abuso de este.
Estamos insertos en una sociedad, en donde, la manipulacion de la vida, superar la delgada linea entre la vida y la muerte gracias a un procedimiento medico, o simplemente, diagnosticar lo que tienes, y sentirte mas aliviado por eso, hace sentir que estas frente a un ser, superior. Lamentablemente esta sobrevaloracion de la profesion, nos hace llegar a que un personaje, como un cirujano, o tantos otros se consideren Dios. No los juzgo, es la sociedad quienes les confiere tal poder. Y creo que debemos ser todos en conjunto, quienes debemos acabar con esta sobrevaloracion y discriminacion de tantas otras profesiones.
Y porsupuesto creo que, jamas devemos olvidar, como estudiantes hoy en dia, y profesionales mañana, que ante todo, tu eres persona, yo soy persona.
Este tema es algo que nos toca muy de cerca, ya que aún siendo estudiantes podemos ser testigos de la magnificiencia que tiene el médico dentro de un reciento hospitalario, más allá del trato con el personal - sigo creyendo que aún queda algo de modelo biomédico - es el trato hacia los pacientes, quiénes la mayoría tienen miedo de hacer preguntas para así no sentirse tontos y si las hacen, no comprenden el lenguaje. Muchas veces podemos percibir como los médicos se encuentran conscientes de que esa gente está ahí para ser curada y que ellos pueden hacerlo, por lo tanto deben estar dispuestos a todo lo que ellos indiquen. A lo largo de toda nuestra práctica como estudiantes de enfermería, me he encontrado con una diversidad de profesionales de medicina que dejan bastante que desear en cuanto a lo que es una relación interpersonal asertiva con el paciente. Considero que dentro de todas estas carreras debe implementarse la cátedra de desarrollo personal, para así darles las herramientas para cambiar cuando recién van ascendiendo al cielo.
Pienso que los médicos, antes que médicos son personas, y como tales no deberían jactarse de ser superiores que los demás (no solo de sus pacientes).
Me ha tocado de cerca tratar con algunos médicos con este síndrome tan conocido, como también me ha tocado compartir con los médicos personas, que no se creen más que los demás y por lo mismo, su relación con las personas es mucho mejor.
Me encantaría que en el mundo existieran mas de estos médicos que son personas ante todo, ya que sentirse como un Dios, no hace mejor especialista a nadie.
En mi opinión somos nosotros, las personas, quienes les hemos conferido esa cualidad de grandeza, ya que asumimos que no se pueden equivocar gracias a los años de estudios y/o experiencia. Tampoco podemos olvidar el hecho que en manos de ellos confiamos la vida en situaciones de urgencia, por lo que se sienten "Dios", olvidando que a su lado se encuentra un equipo de salud capacitado que, sin ellos, no lograrían sus objetivos.
Sólo tener claro y en cuenta que son humanos, cometen errores, no tienen superpoderes, tienen conocimientos y habilidades, no son "Dios".
Al igual que mis compañeras considero que la sociedad cumple un rol fundamental en la adquisición de este "síndrome de Dios", y también va a depender de las características personales de este individuo que asume en sus manos la vida de otra persona. Por eso es importantísimo que un a persona al elegir su carrera lo haga por vocacion y no sólo por anhelos de poder y supremacía, creo la mayoría gusta del poder porque vamos a tener sentimientos de superioridad y vamos a "ser más que el otro". Es necesario entonces aterrizar, bajar del pedestal, ser humildes, mirar a nuestro alrededor y ver que la otra persona no es mejor o peor que nosostros sino que es una persona igual que nosotros, con nuestras mismas caracteristicas, alomejor con habilidades diferentes, pero en el fondo somos personas de carne y hueso, y no divinades.
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