Bioética y trasplante de órganos

Los trasplantes constituyen un gran avance médico al servicio de los pacientes, con un gran número de personas que sobreviven gracias a estas intervenciones quirúrgicas, otorgándoles una oportunidad y una mejor calidad de vida a enfermos considerados como terminales. La ciencia avanza cada día, es una técnica ética elegir quienes serán priorizados para un posible trasplante, siendo en consecuencia una ciencia basada en lo ético y en lo moral, por el principio fundamental de la no maleficencia. En la actualidad, la gran mayoría de los trasplantes se realiza como un acto terapéutico, ya validado por experimentación suficiente.En Chile, existe una gran escasez de donantes, encontrándose largas listas de esperas donde suele producirse el fallecimiento de los pacientes a la espera de un órgano, estimándose un requerimiento de 450 a 600 potenciales donantes para satisfacer las necesidades como país (riñón, corazón, hígado y pulmón) con una negativa familiar (rechazo de la familia del donador a someter su voluntad expresada previamente a su fallecimiento) en torno a la donación que ha ido en aumento de un 34,2% a un 40%.


Como concepto, la donación es la acción de otorgar o ceder parte del cuerpo a voluntad con fines de caridad, esta acción de ser donante se puede establecer en varias oportunidades como lo son: al momento de obtener o renovar la licencia de conducir o la cédula de identidad, a través de una declaración notarial, etc. Los órganos que se pueden donar son el corazón, pulmón, hígado, riñones, páncreas, córneas, válvulas cardíacas, huesos y piel. El proceso se inicia con una evaluación y clasificación del posible donante, realización de exámenes de laboratorio, y diagnóstico de muerte cerebral, se obtiene el consentimiento de la familia o solicitud de donación y se prepara el cuerpo para la extracción del órgano. Este proceso finaliza con la distribución e implante de los órganos. El tiempo y recorrido del órgano va a depender de las características de quien lo recibe y del tipo de órgano, como máximo un periodo de 36 horas, no obstante: riñón (hasta 36 horas), hígado (hasta 6 horas), páncreas (hasta 6 horas), corazón (hasta 4 horas), y pulmón (hasta 4 horas).


Donante vivo: Donación de un órgano o parte de él que puede realizarse en vida, cuya extracción sea compatible para seguir viviendo.

Donante cadáver: Esta donación se realiza tras el fallecimiento de una persona y luego de haber cumplido con los criterios de donación. La muerte puede sobrevenir de dos formas distintas, bien por la muerte del cerebro (muerte encefálica) o por una parada cardiorespiratoria (muerte cardiaca).
En la actualidad, son dos criterios o formulaciones de muerte que se aceptan: la muerte cardiopulmonar o tradicional, y la muerte encefálica. Un tercer criterio, la muerte de la neocorteza o cerebro superior, no es aceptado en ningún estado ni sociedad.

Muerte cardiopulmonar: Se define como la cesación permanente del flujo de los fluidos corporales vitales, ya que se comprueba mediante la detención irreversible de la función cardiaca y respiratoria.

Criterios diagnósticos de la muerte encefálica: La muerte encefálica se define como el cese total e irreversible de la función de todo el cerebro, incluyendo el tronco cerebral.

Los principales dilemas éticos son:

- Donación de órganos: ¿Donante vivo?¿Donante cadáver?:
Existe un conflicto ético respecto de la autonomía que tienen las personas, dado que independiente que una persona deje estipulado en vida que es donante de órganos, cuando este fallece es la familia de la persona quien decide finalmente si los órganos del fallecido serán o no trasplantados. Entonces ¿Por qué no se respeta la decisión del donador?, la actitud de las familias en general es hacia la negatividad, ya sea por muertes rápidas o por simple egoísmo ya que existe el concepto de "desbaratar" a la persona, al sacar sus órganos. En cuanto a la beneficencia "donar es dar", debido a la continuidad de la vida luego de haber muerto. La acción de donar un órgano, es un acto de generosidad, de amor, de solidaridad, debido a que se le otorga a un ser necesitado y muchas veces desconocido para las familias, lo que genera una profunda sensación de agradecimiento hacia la familia dadora. De acuerdo a la no maleficencia, en nuestro país es penalizada la compra o transacción de órganos o uso indebido que no estén en los criterios terapéuticos. Es castigado el mal uso, transgresión o adulteración de la lista de espera para los trasplantes. Sin embargo, las transacciones de órganos si existen y se han visto aumentadas a lo largo del tiempo. Con respecto a la justicia, el protocolo de la lista nacional de espera, de una u otra manera organiza los recursos existentes para el proceso de donación y recepción de órganos. Al estar determinada según prioridad cada persona según su riesgo vital es apto para recibir un órgano. De esta manera se cumple el principio de justicia, dar a cada cual lo que corresponde.

- Criterios de muerte: ¿Cuándo se considera a una persona como candidato para ser donante cadáver?

En esta situación podemos identificar el principio de autonomía en el momento de la reanimación, ¿Se pasa a llevar cuando se nos realiza sin saber nuestro parecer?, el asunto se hace más fácil cuando se ha dejado algo estipulado, como una orden de no reanimar o el deseo de ser reanimado, finalmente la realidad es que la última decisión la toma la familia. En cuanto a la beneficencia, se toma desde el punto de vista del encarnizamiento terapéutico, el equipo de salud debe identificar cuando está cayendo en esto y ser lo suficientemente honesto para identificar cuando esta actitud está ocurriendo por el afán de probar tratamientos en el paciente y no por el simple hecho de consolar el dolor de la familia. La no maleficencia se ve, sobre todo cuando el paciente es donante de órganos, los protocolos se hacen aún más importantes, que el personal los conozca y los respete. Un paciente que está agonizando debe ser intervenido hasta que el personal, luego de haber evaluado todas las posibilidades y en conjunto con la familia, determinen que ya no hay nada que hacer, no debe apurarse este proceso con el afán de realizar un trasplante. La justicia se ve implicada en que la atención debe ser en razón de la necesidad, el paciente que ha expresado sus ganas de ser reanimado independiente de su condición económica o características personales, debe tener la oportunidad de ser reanimado, no así el paciente que expresó su voluntad de no reanimar.

- Ley de donante universal. ¿ Se transgrede la voluntad del donante?

La autonomía se relaciona con el consentimiento presunto, que sería una voluntad tácita o que se supone. Si una ley establece que todas las personas cumples con los requisitos de muerte cerebral son donantes, ¿Este acto no deja de ser voluntario?,¿Existe autonomía?. La no maleficencia se puede abordar desde el principio de doble efecto, en donde una de las condiciones dice que el beneficio posible debe ser proporcionalmente importante en relación con el daño provocado. Desde la visión del trasplante, podemos aplicarlo a la cantidad de supuestos beneficiarios con la donación presunta. La beneficencia, desde el punto de vista deontológico, el deber de hacer el bien. Esto significaría que es un deber ayudar a una persona que requiere de un órgano una vez que este no nos sea útil, al estar en muerte cerebral. La justicia, dar a cada persona de acuerdo a su necesidad. Este principio podría argumentar la idea de consentimiento presunto en base a lograr mayor cantidad de recursos (en este caso órganos) para cubrir las necesidades en forma más equitativa a quienes lo necesitan.

- Instrumentalización de la vida humana con fines terapéuticos: ¿Es válido salvar a un hijo a costa de sacrificar a otro?

Basándose en los principios bioéticas, la autonomía está coartada desde la concepción del nuevo ser, al tener ya un destino determinado por sus padres como "salvador" de su hermano. La beneficencia pasa por el hecho de dar vida a través de una nueva vida, el acto de dar en sí y posibilitar la vida de otras personas es un gesto de beneficencia desde el donante. La no maleficencia se encuentra en cuestionamiento sin conclusiones precisas, ya que posiblemente este nuevo hijo del cual se tomaron las células madres del cordón umbilical se convierta en el donante vivo in situ y a futuro de su hermano enfermo, siendo el bien de uno, en desmedro de la calidad de vida del otro. La justicia se relación con dar a cada quién lo que necesite, pero dependiendo de quién venga. Si, es verdad que la necesidad de órganos es limitante para la existencia de quién lo requiere, pero tomar de uno para dar a otro quizás no sea lo más justo, no cuestionando el fin, que sería salvar la vida, sino que cuestionando el medio, a través de una intervención o de una técnica innecesaria para otro humano vivo.

Reflexión del Seminario
El tema de la donación de órganos se encuentra arriba de la mesa de diálogo hace un tiempo, la escasez de donantes y la alta demanda de órganos para prolongar la vida de quienes lo requieren ha formado realmente un debate. No sólo entre quienes conforman el equipo de salud, si no también en la población en general, ya que se solicita la donación a través de spot publicitarios y otros, sin mayor información de lo que este significa. Es por esto que como grupo consideramos necesario el incremento de información con respecto al tema, no sólo en Internet ni en los libros, si no una información de mayor y más fácil acceso para las personas, para así poder infundir una real consciencia y aumenta el número de donantes bajo una libre decisión informada.

Rol de Enfermería
Más allá de la importante gestión de movilizar los órganos y dar prioridad a quienes lo requieran con mayor urgencia que otro, rol que quedó claro en este seminario, también implica educar a la población con respecto a los pro y los contra de una donación de órganos. Creemos que es importante nombrar de manera honesta y transparente el procedimiento por el cual se extraen los órganos, es válido que las personas, los familiares de quienes donan, los conozca, si así lo requieren. También debemos educar sobre los inmensos beneficios que los órganos traen a otras personas, así teniendo en la balanza los beneficios y formas de proceder, se podrá tomar una mejor decisión, de esta manera estaría en nuestras manos romper con los mitos de la donación, infundir mayor consciencia de donación y finalmente aumentar el número de donantes.
Además no debemos olvidar nuestro importante rol, en el momento en que necesitamos captar órganos de quien muere, sin olvidar la sutileza, empatía y carisma, que nos caracteriza como enfermeras, dando así apoyo emocional a quien sufre y logrando que el proceso sea menos traumático.