"Ética para Amador"


Natalia Guzmán:


- Capítulo I. De qué va la ética: Se tiene el poder de escoger, podemos vivir de distinto modo pero hay modos que no dejan vivir. Lo que nos conviene lo llamamos "buenos" mientras que lo que no nos conviene es "malo". Depende de la situación. A veces lo malo es más o menos bueno, y lo bueno parece ser malo.
Saber vivir no es fácil ya que hoy los criterios opuestos sobre lo que se debe hacer, por lo que las opiniones son distintas en todo. Solo estamos de acuerdo en que no estamos de acuerdo. Nuestra cultura es determinante: nuestro pensamiento viene condicionado por el lenguaje y por la educación sobre creencias, comportamientos, etc., se nos inculca desde que nacemos. Los hombres siempre tenemos la opción entre varios caminos. No podemos hacer lo que queramos pero tampoco estamos obligados a querer hacer una cosa.
Respecto a la libertad, somos libres para responder a lo que nos pasa de tal o cual modo, pero no para elegir que nos pasa. No es lo mismo la libertad (elegir dentro de lo posible) que la omnipotencia (conseguir siempre lo que uno quiere)
Hay cosas que dependen de mi voluntad pero no todo. Existen muchas fuerzas que limitan nuestra libertad pero, a la vez, es una fuerza.
ética es el saber vivir, fijándonos bien en lo que hacemos y adquiriendo conocimientos para actuar.


- Capítulo II. Órdenes, costumbres y caprichos: Cuando hacemos algo es porque preferimos hacer eso a hacer otra cosa, o preferimos hacerlo o no hacerlo. Eso no significa que siempre hacemos lo que queremos, ya que hay veces en que debemos escoger aunque prefiramos no hacerlo. Se es libre porque no tiene otra alternativa.
Existen distintos tipos de motivos, con su propio peso y condiciones. Las "órdenes" son mandados de otra persona para que hagamos algo. Sacan su fuerza del miedo a represalias por no obedecer, del afecto y la confianza que se tiene en la persona y/o para obtener una recompensa; las "costumbres" son cosas que siempre haces de la misma forma y lo repites casi automáticamente porque todos alrededor hacen lo mismo. Vienen de la comodidad de seguir la rutina y de la presión de los demás; y los "caprichos" son acciones ausentes de motivo. Brotar espontáneamente sin que nadie te mande ni por imitación. Las órdenes y las costumbres vienen desde "fuera", sin pedirte permiso, y los caprichos salen de "dentro", vienen de ti mismo.


- Capítulo III. Haz lo que quieras: La libertad es decidir pero también es "darte cuenta" de que estás decidiendo. Se debe pensar 2 veces lo que vas a hacer, la primera vez se piensa el motivo "¿Porqué hago esto?", ya sea por orden, costumbre o capricho, y la segunda vez varía porque me cuestiono si es conveniente o no el motivo, se debe examinar más a fondo, razonar. Nunca una acción es buena por ser una orden, una costumbre o capricho.
Al convertirse en adultos tenemos que aprender a elegir por nosotros mismos.
La palabra "moral" tiene que ver con las costumbres y con las órdenes, pero hay algunas de éstas que pueden ser inmorales o malas. Moral y ética no significan lo mismo, moral es el conjunto de comportamientos y normas que la sociedad aceptamos como válidos, y la ética es la reflexión sobre el porqué los consideramos válidos y la comparación con otras morales. Desde afuera no es fácil determinar quien es bueno y quien es malo, habría que estudiar las circunstancias de cada caso y las "intenciones" que mueven a cada uno.


- Capítulo IV. Date una buena vida: "Haz lo que quieras" busca que no te dirijan desde fuera. Pretende que no le preguntes a nadie que hacer con tu vida, pregúntatelo a ti mismo. La contradicción que presenta esta frase es un problema esencial de la libertad misma: no somos libres de no ser libres, por lo que no tenemos más remedio que serlo. Quieras o no eres libre, quieras o no tienes que quieres, pero no se debe confundir con el "haz lo que quieras" con que hagas "lo primero que te de ganas".
El hombre no es hombre del todo sin ayuda, ya que no es sólo un ser biológico, si no también un ser cultural. El lenguaje es primordial ya que sin él no nos podríamos comunicar entre nosotros ni saber el significado de lo que nos rodea. Es una creación cultural heredada y aprendida de otros hombres.
En cuentas, la humanización es un proceso recíproco, ya que para hacerme humano debo hacer humano a los demás.


- Capítulo V. Despierta ¡Baby!: La vida es siempre compleja y casi siempre tiene complicaciones. De una cosa sólo pueden sacarse cosas. La complicación es: como no somos puras cosas, necesitamos "cosas" que las cosas no tienen. Cuando tratamos a la personas como cosas eso recibiremos de ellos, cosas. No recibimos amor, amistad ni respeto de una cosa por lo que esa es la "complicidad" que sólo se da entre iguales y que es dada por otras personas a las que tratamos como tales. La palabra crucial es "atención", disposición a reflexionar sobre lo que se hace y a intentar precisar lo mejor posible el sentido de esa "buena vida" que queremos vivir. La primera e indispensable condición ética es estar convencido de que no todo da igual aunque antes o después vayamos a morir. Debes intentar comprender por qué ciertos comportamientos nos convienen o no, comprender de qué va la vida y qué puede hacerla buena para los humanos. Pero tomar la decisión tiene que hacerse en solitario: nadie puede ser libre por ti.


- Capítulo VI. Aparece Pepito Grillo: La única "obligación" que tenemos en esta vida es no ser imbéciles. El imbécil necesita "bastón" emocional para caminar. Todos estos tipos de imbecilidad necesitan bastón, apoyarse en cosas ajenas que no tienen nada que ver con la libertad y reflexión propia. Moralmente lo contrario de ser imbécil es tener "conciencia", lo cual necesita de cualidades innatas, sociales y económicas. La conciencia consiste en: saber que no todo da igual, fijarnos en si lo que hacemos es porque de verdad queremos o no, desarrollar buen gusto moral por lo que acciones nos repugnan inmediatamente, no buscar coartadas que disimulen que somo libres y, por consiguiente, responsables de las consecuencias de nuestros actos.
El egoísmo sin ser imbéciles es quien quiere "lo mejor para sí mismo". El consecuente es el que sabe lo que le conviene para vivir bien y se esfuerza por conseguirlo.
Entonces el "remordimiento" es el descontento con nosotros mismos cuando usamos mal la libertad, o sea, en contra de lo que de verdad queremos como humanos, y ser "responsables" es enfrentar las consecuencias de nuestros actos, para bien o para mal y, a su vez, es tomar decisiones propias, no por órdenes.



- Capítulo VII. Ponte en su lugar: Nada puede entregar tanto como otro ser humano, ya que existe un vínculo de respeto y amistad. Aunque hay que tratar a los hombres con "cuidado" por si acaso.
Quien actúa de mala forma no deja de ser humano. Los humanos tenemos la capacidad de imitar, copiamos a los demás en gustos y comportamientos.
Tratar a las personas humanamente consiste en darme cuenta de que de alguna forma estoy dentro de cada uno de mis semejantes.
Los intereses son relativos, según las circunstancias, el único interés absoluto es dar y recibir trato humano, sin él no puede haber buena vida. Sentir simpatía por el otro, o sea ser capaz de experimentar lo que el otro siente a la vez.
La vida es muy compleja, las personas somos muy distintas, nadie puede ser libre por ti, nadie puede ser justo por ti. Para entender al otro debes amarlo un poco, aunque sea por el sólo hecho de ser humano.


- Capítulo VIII. Tanto gusto: Uno de los temores sociales más viejos del hombre es el miedo al placer. Cuando se goza se está contento y feliz con la vida. A veces el placer nos distrae demasiado siendo peligroso, por eso siempre han sido situaciones racionadas, permitida sólo en ciertas oportunidades. Hay quienes disfrutan no dejando disfrutar por miedo a quedar adictos al placer. "Nada es malo sólo por el hecho de que te dé gusto hacerlo". De acuerdo a los puritanos lo "bueno" es aquello que no nos gusta hacer, que es mejor sufrir que gozar. Uno de los beneficios del placer es la capacidad de disolver los miedos, rutinas y trivialidades que llevamos. Cuando un placer te mata o busca hacerlo es un "castigo" disfrazado de placer.
La ética está a favor de que la vida vale la pena, incluso las penas. La mayor gratificación que podemos obtener de la vida es "alegría". Todo lo que nos lleva a la alegría es justificado. Es un "si" a la vida, a lo que sentimos ser. La alegría acepta el placer y el dolor, la vida y la muerte.


- Capítulo IX. Elecciones generales: Nunca se piensa en la política como algo ético, pues en la mayoría de quienes la ejercen piensan en reprender al vecino antes de mejorarse a sí mismos. La ética no busca dañar, sino mejorar la vida de los demás. La ética y la política se relacionan fuertemente, ya que el objetivo de la política es organizar la convivencia social para permitir que, con la ética, cada individuo elija lo que más le conviene. La ética se preocupa de lo que cada persona hace con su libertad, mientras que la política coordina cómo muchas manejan la misma. Para la ética es importante "querer bien", para la política cuentan los resultados y no los medios. "La ética no puede esperar a la política" y por ello en ningún orden político, por malo que sea, habrá quienes ya no puedan ser bueno. La buena vida está basada en la libertad, la justicia y la asistencia en el que la dignidad de los individuos sea respetada. Los derechos humanos son las exigencias mínimas que debe cumplir la sociedad política.

La vida tiene un solo sentido, va hacia delante. La vida es lo que vale, por donde parte la ética digna. Para vivir de buena forma, necesitamos ejercer nuestra libertad en las decisiones día a día, desde la menos relevante hasta las que cambian nuestro rumbo. Tener presente que mi libertad termina cuando comienza la del otro, tener conciencia en cada acto, ser responsable de cualquier consecuencia que pueda ocurrir. Respetar en todo momento a los demás, para no perder la humanidad que formamos en conjunto con ellos. Confiar en nuestra decisiones, ser seguros y disfrutar la vida, sin pensar en la muerte.
Existe una constante búsqueda para lograr la codiciada "buena vida", pero todas las herramientas las tiene cada individuo para sí.